El proceso del duelo
Carlos J. Bianchi
A partir de la pérdida de un hijo, se inicia un proceso reparatorio que es una finalidad prioritaria en sí misma.
Que reina universalmente en nuestra vida.
Que está continuamente presente, aún en aquellas ocasiones en que creemos no estar pensando en absoluto en ello.
Que condiciona nuestro mundo interior y que rige, secretamente, muchos de nuestros estados emocionales y muchas de nuestras decisiones.
A veces, no somos demasiado concientes de esta permanente y sutil correspondencia.
Sin embargo sería bueno reconocerla y aceptarla.
Porque ella es la evidencia de que nuestros hijos, a modo de una amorosa unión, se han quedado en nosotros.