RENACER está formado por personas que se enfrentan a una crisis existencial muy severa y a un gran sufrimiento espiritual, que no constituye en sí mismo una enfermedad, para lo que no encuentran referencia previa en su historia personal, enfrentados a un hecho natural de la vida, que causa un inmenso dolor y, aunque natural, no se hallan preparados para ello.”
«Es correcto que nos debamos capacitar, la dificultad es cómo. Es decir, aquello en lo que nos tenemos que poner de acuerdo es cómo, porque no todos pueden estudiar, no hay una universidad para padres de RENACER, pero hay algo que nos dota, que nos eleva, que nos reeduca y que nos capacita y es el amor. A través del amor, nosotros podemos hacer todas esas cosas, dejando, simplemente, entrar el amor a nuestras vidas.”
“No vamos a sufrir menos porque tengamos más reuniones, hay un tiempo de sufrir y esto no puede ser evitado. Sabemos sí, que puede ser suavizado a través del grupo, que nos contiene y orienta, aunque no vivirá nuestro dolor por nosotros.”
“La logoactitud significa acción. Ésta se traduce en servicio, en capacitación, en dar para recibir, en no esperar a estar bien para ayudar, sino, por el contrario, ayudar aún en medio de nuestro dolor, y contemplar, con asombro, como al hacerlo nuestro dolor se suaviza y adquiere un sentido trascendental y perdurable.”
“RENACER se debe, como primera instancia, a aquellos que recién llegan con su dolor; no olvidemos que fue la primera razón por la que se formó este grupo.
Siempre que haya un padre/madre que necesite hablar, estemos allí para escucharlo. Ya llegará el momento en que ese padre/madre, sin involucrarse en cada caso que escuche, sin revivir su propio dolor con cada uno de ellos, podrá contener y ayudar al padre/madre que lo necesita con amor y compasión pero sin sentirse afectado.
Así sabremos que estamos en el buen camino: el de la trascendencia del propio dolor para allegarnos al otro ser que sufre, demostrando el crecimiento interior del que tanto hablamos.
Debemos recordar, que en acercarnos a escuchar a padres nuevos, está gran parte de la capacitación que buscamos.”
«Si bien es cierto, que muchas veces escuchamos lo mismo, nosotros ya no somos las mismas personas, eso lo dijo Heráclito hace dos mil quinientos años, cuando afirmó: «Nunca nos podemos bañar dos veces en el mismo río», no somos las mismas personas.
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Entonces, si bien yo tengo que escuchar el mismo comentario, cada vez que lo escuchamos, nosotros no somos los mismos y eso lo tenemos que reconocer.»
“Algunos padres/madres con mayor antigüedad en los grupos, expresan su interés por “continuar creciendo”, por seguir en el camino del “crecimiento “interior” y ven este camino dificultado por la dedicación a los padres/madres nuevos.
¿Qué importa cuántas veces escuchemos a otros padres/madres hablar de su sufrimiento, si nosotros mismos somos, cada vez, personas distintas? Por otra parte, todos los padres/madres son libres de seguir buscando fuera de RENACER cuanta alternativa de crecimiento interior les sean factibles, y brindarlas, a su vez, en las mismas reuniones para el enriquecimiento de todo el grupo, dándonos cuenta que nosotros habitamos en el amor, con eso alcanza.». . .
Conde Enrique,”Páginas sin punto final para un libro sin punto final“, Montevideo, 2010