Autor: Renacer Congreso – Montevideo, Uruguay
Mientras el dolor golpea a nuestra puerta… se encienden las luces de las fiestas y el mundo sigue andando…
En ese mundo están nuestros otros hijos, nuestros padres… abuelos que en silencio lloran a sus nietos, nuestros amigos, los amigos de nuestros hijos… también allí estamos nosotros mismos.
A veces, estamos cerrando puertas y ventanas… con el corazón herido, muerta toda esperanza.
Un corazón por cuya herida abierta entran miles de encontradas emociones, donde puede habitar la bronca, el rencor, el odio o los miedos…
Puentes que se rompen y nuestra vida deambula silenciosa en la oscura noche del alma…
Entonces, como en la naturaleza, donde nunca nadie ha podido impedir la llegada de la aurora, llega hasta nosotros un mensaje de esperanza el Mensaje de Renacer, que hoy nos impulsa a compartirlo, impregnados de gratitud hacia sus iniciadores y del recuerdo a nuestra dulce y querida Ana.
Un mensaje que nos muestra que detrás de lo que las circunstancias parecen ser, no se agota todo lo que ellas son.
Que el destino no es lo que nos pasa, el destino es lo que cada uno de nosotros hacemos con aquello que nos pasa.
Que no debemos hacer de nuestros hijos aquellos que vinieron a arruinar nuestras vidas.
Nuestros hijos no sólo nos han dejado dolor, nuestro amor hacia ellos no se ha extinguido.
Cuenta una anécdota, que durante la guerra de las Malvinas, un bombardero argentino fue alcanzado por el fuego enemigo y el piloto se salvó tirándose en paracaídas y luego, por un tiempo, fue prisionero de los ingleses.
Al ser liberado acostumbraba a dar charlas sobre su experiencia.
Cierta vez, estando en un restaurante se le acerca alguien y le dice ¿usted no es Carlos que estuvo en la guerra de las Malvinas?
Sí, le contesta, pero ¿usted cómo lo sabe?
Yo pertenecí al grupo que se encargaba de doblar los paracaídas, veo que se abrió, le contestó.
Sí, claro, me salvó la vida, sino no estaría aquí.
Desde entonces iniciaba sus charlas con la siguiente pregunta:
¿Quién dobló hoy tu paracaídas?
Nosotros en Renacer, también podemos hacernos la pregunta ¿Quién dobló mi paracaídas, para que pueda seguir viviendo?
Y habrá muchas respuestas…
Pero hay una a la que no podemos escapar: fueron nuestros hijos, a través del mensaje de Renacer, quienes como “estrellas fugaces llegaron a nuestras vidas, nos tocaron, se fueron, pero nos transformaron”.
Entonces, el amor a nuestros hijos desalojará a aquellas emociones negativas que pretendían gobernar nuestra vida.
Paulatinamente, en nuestro corazón se encienden nuevas luces y empezamos a ver alrededor nuestro que no estamos solos, que hay una mano invisible que guía nuestros pasos y nuestros hijos se transforman en nuestros maestros.
¡Qué difícil es al principio!
Pero la tarea es nuestra, pues desde el primer día, podemos elegir como hemos de sufrir, si dignamente o miserablemente.
¿Qué se merecen nuestros hijos? ¿Qué imagen estamos dando al mundo? ¿Que la muerte todo lo puede?
No importa si no es en estas fiestas que levantemos, por primera vez, una copa en homenaje a nuestros hijos, pero si un día habremos de hacerlo, ¿Por qué demorar ese instante aunque el brillo de nuestros ojos se nuble por una lágrima?
Quizá sea eso lo que ellos esperan hoy de nosotros.
Entonces, podemos darle un dulce sentido a su presencia en nuestras vidas, y asumir que la felicidad no es una meta a lograr, sino el resultado de una tarea o misión adecuadamente cumplida, que ni siquiera es preciso que sea llevada a cabo exitosamente, para que uno pueda sentirse feliz y realizado sin cuestionamiento alguno.
De esta manera, las expresiones de felicidad que podamos recibir de otros, para esta Navidad y Año Nuevo, dejarán de ser una herida al corazón, para transformase en un homenaje a aquella estrella que vino para transformarnos, quienes “doblaron nuestro paracaídas”, y le dieron un nuevo sentido a nuestra misión en esta vida, en el camino que estamos transitando en Renacer.
Que la estrella, fugaz que pasó por nuestras vidas, nos ilumine en esta Navidad y en el año que se inicia.
. Viernes 19 de diciembre de 2014
Con el recuerdo más dulce que pueda existir para nuestra querida dulce Ana, eiségesis del mensaje de Renacer por Enrique, Ana Doris y Ulises
De Renacer Congreso – Montevideo, Uruguay
“Por la esencia de Renacer”